lunes, 14 de marzo de 2011

Perfomance: para muestra un botón.

El comentario de esta semana irá relacionado con uno de los antiguos comentarios realizados anteriormente por nosotros mismos, la historia del botón de cada uno de nosotros. Pero el comentario se centrará un poco más en lo que fue y vivimos nosotros mismos al ir vestidos de los años 40 al instituto.

Bueno todo comenzó con la simple idea que nos transmite Miguel al informarnos sobre costumbres y actitudes de aquella época y hacernos cada uno una historia en la que se implicara un poco parte de nuestra familia. Lo que no sabíamos era la idea que Miguel nos tenía preparada, realizar un teatro, grabar vídeos de cada una de las distintas historias e ir vestido a clase representando aquellas personas y esos colores de vestimenta que le caracterizaban, la que nos trasmitió al terminar de grabar cada uno de lo vídeos. Para mí fue una gran idea ya que todo el tema de actuar y tal no lo llevo del todo mal, y ahora que he realizado la actividad puedo decir, comentar y opinar con mis propias palabras lo que viví ese día tan especial para todos nosotros.

Todos estábamos preparados a las ocho menos cinco, metidos en el aula de proyecto la que realmente impresionaba al vernos a todos vestidos y al salir de la clase, lo obvio, la gente se quedaba alucinada al vernos. Había niños que como siempre se reían, había otros que se quedaban con la boca abierta, y lo que nunca olvidaré será la cara que puso nuestro profesor de inglés cuando entró de espaldas a clase y se encontró con todos nosotros de pie y espectantes a su llegada, era todo un poema. Luego veríamos un vídeo que realizaría nuestro tutor J.Ángel, en el que salían imágenes y vídeos de la época pero con algún que otro añadido en el que incluiría algunos vídeos y fotografías protagonizadas por nosotros mismos. Y el colmo final, sería la ora del recreo en la que todos nosotros estaríamos sentados en forma de círculo y con nuestras comidas de la época: unos trajeron un salchichón ibérico, otros chorizo, alguna niña trajo manteca "colorá", incluso para no quedarnos atorados al comer, uno de los participantes trajo una botella de vino, que auténtico. Miguel nos dijo que podíamos pedir comida a la gente, tiempo me faltó. En la ora del recreo ví a un niño con un bocadillo, pero un bocadillo bueno y con toda la pena y hambre del mundo le pedí un pequeño trozo de aquel manjar para mí. El niño no sabía ni donde meterse pero si que me preguntó el porqué le pedía de comer y fue a la única persona que le tube que contar mi historia, fue espectacular.Todo un cúmulo de sensaciones que no podré olvidar nunca.

Y para concluir el comentario decir que lo que empezó como una tontería, para algunos ha podido significar mucho, por lo menos para mí, que en esas 6 horas y media me he sentido como un arriero de verdad y eso que no llevaba ni burro jaja. Bueno que ha sido un placer intervenir en esta actividad y que si hace falta hacer otra no cabe duda de que ninguno se pondrá en contra y todo estas emociones vividas en ese día se las debemos a los organizadores de dicha actividad, sobre todo a Miguel que es el autor de ella. La verdad es que ha merecido la pena, hasta pronto.

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